domingo, 10 de marzo de 2013

No puedo respirar, siento que el aire no pasa por mis pulmones, siento que me voy a desmayar. Tengo miedo, me tiembla el cuerpo. Tengo en mi cabeza palabras que me martillan cada una de mis neuronas. Empiezo a desesperarme. ¿Por qué me lastima tanto? No quiero demostrarle nada. Sólo espero a que corte el teléfono. No quiero verlo nunca más. ¿Cómo pude estar con una persona así?
No puedo parar de llorar, perdí la noción del tiempo y del espacio. Miro el teléfono como si fuera el causante de todo lo que me esta pasando en ese momento. Miro la hora, pienso que no tendría que llamar, no aguanto, busco en la agenda el contacto:
- Mamá, me siento mal. No puedo respirar más. No puedo parar de llorar. 
- Ya voy para allá. 
Miro a mi alrededor, estoy sentada en el piso abrazando una almohada que me sirve como refugio de las lágrimas. Pienso:¿Por qué me esta pasando esto? Ruego porque lleguen rápido. No pasan más de 15 minutos. Llegan y me encuentran en el piso, llorando. Me hablan por más de una hora, quieren que vuelva a sentirme mejor. En verdad lo agradezco, en ese momento sentí que no contaba con nadie. Me acuesto queriendo dormir para no pensar en nada más. Me despierto por la tarde, tengo muchas ganas de llorar pero escucho música para relajarme. Algunas lágrimas salen. Entra mi mamá, quiere que la acompañe a hacer algunas compras, me va a servir para despejarme. Salgo y me llega un mensaje.Ya me había olvidado el motivo por el cual lo había llamado. No quiero contestar, no quiero nada más. Lo pienso, debería hacerlo. Contesto y otra vez siento esa presión en el pecho, otra vez empiezo a temblar. Subo el volumen de la música, no quiero pensar. Vuelvo a mi casa y voy directo a mi cuarto, no quiero saber más nada con el mundo. Todo ese mundo se esta volviendo en mi contra y nunca lo vi venir. Sólo quiero dormir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario