lunes, 25 de agosto de 2014

Cajas

Aferrarse al pasado esta mal. Aferrarse al pasado no nos deja avanzar y mientras escribo esto se me viene a la cabeza una parte de la canción que dice: Si al final, abrazarse al dolor no nos deja brillar. Dime qué será, qué será de los dos cuando pase la vida? Añorar el pasado nos abraza a el dolor. 

A veces hasta nos parece injusto todo, creo que tengo que corregir esto: me parece injusto a mi. Porque uno va esquivando (mal hecho), uno va tratando de dejar todo en su lugar, intentando ser ordenado en tiempo y espacio. Ordenando que va a la caja del pasado, a la caja del presente. Es como si fuera una mudanza en donde te vas porque ya no sentís más que es tu lugar. 

Y si todo fuera tan fácil como poner cosas en cajas no habría qué tratarlo como un conflicto pero no lo es. Y no sólo porque a mi siempre me gusto eso de complicar un poco más sino porque no es fácil para ninguno. Siempre nos quedan esas cositas que no sabemos que hacer, en dónde ponerlas, ¿me las sigo quedando o por fin las dejo? Y la vas dejando en la caja de los "no se que voy a hacer, quédense quietitas ahí" Y mientras te vas mudando a tu nueva vida pero esa caja queda ahí, nada la hizo desaparecer pero vos te olvidaste un poco las cosas que habías dejando dentro de ella.

Empezas a adaptarte a todo lo nuevo, venis bien, conforme y ¡zas! de la nada ves algo que estaba en la caja del "quedense quietitas ahí" ¿Yo lo traje? ¿Se habrá traspapelado? y lo más importante ¿Y ahora qué hago? Lo pensas, lo vas viendo y todo esta metáfora ahora no tendría sentido si yo ahora no pudiera reemplazar cosa por persona. Y ahora sigo. 

Aparece una persona que nunca supiste en dónde ubicarla. Quisiste evitar hacer ese trabajo mucho tiempo pero ahora esta ahí, esperando a que vos le asignes una ubicación. Y todos los dilemas que buscaste evitar se aparecen de golpe sin que siquiera hubieras intentado hacer algo. Pensas, meditas y todo lo que puedas hacer que este a tu alcance para poder elegir: Decidís.

Decidís incluirla en tu presente, quizás ahora se adapte a todo lo nuevo que fuiste viviendo. Y ahí esta el primer y fundamental error. El hecho de que uno cambie no quiere decir que el otro también acompañe el cambio interno de uno. Y no, no va a funcionar porque se desnivelaron. Los rumbos no son los mismos, las ganas no son las mismas, los deseos, en fin, nada es lo mismo pero eso no ayuda sino que empeora. 
Y te cuesta darte cuenta, lo vas negando pero no, cada vez esta más claro: Ya pertenece a tu caja del pasado

Y ahora no hice una mudanza, se podría decir que cambie de lugar la decoración de mi nuevo lugar. 

martes, 19 de agosto de 2014

Enamorarse.

Cuando era chica sentía que me enamoraba siempre del no correspondido o que también me enamoraba todo el tiempo, cualquier persona que se cruzará en mi vida era digna de un enamoramiento mío. Pero siempre lo viví para mí, nunca exprese mis sentimientos hacia nadie, en esos momentos no me sentía suficiente para la otra persona ¿Por qué podría existir la remota idea de qué esa persona también sintiera lo mismo? En mi cabeza algunas cosas funcionaban así. 

Entonces el procedimiento era el siguiente: me empezaba a gustar alguien, buscaba excusas para tenerlo cerca hasta terminábamos siendo amigos pero nunca le expresaba lo que realmente me pasaba. Creía que eso iba a funcionar para mi. Cuando ya un poco me cansaba de quedarme callada, me alejaba un poco y al tiempo se repetía el procedimiento. 

Entré a la adolescencia y el procedimiento seguía siendo el mismo, hasta que un día me enamore de alguien que también se había enamorado de mí y se animo a decírmelo. Me asusté y durante un año negué sentir lo mismo. Si hay algo que me afecta son los cambios y es cada vez más notorio. Con mi planificación de vida ¿Cómo vas a venir a cambiarme todo ese que procedimiento que pensé que iba a ser de por vida? 

Negué sentir lo mismo pero daba las señales incorrectas. Negué estar enamorada pero no podía pasar un momento lejos de él. Durante un año me insistió para que saliéramos. Un año, paciencia de acero. Por dentro me moría cada vez que hablábamos. Un día mis ganas y las suyas se unieron para que el destino le concediera mi sí. Fuimos novios tres años. 

La verdad es que no tengo muchos recuerdos de la relación, tengo la manía de bloquear algunas cosas cuando me lastiman. Porque si, con el tiempo salí lastimada. Pero si sé que sensaciones me quedaron a mí. Fueron los únicos tres años de mi vida en los que no pensé, simplemente hacía lo que sentía. No tenia en mi la idea de que te podían lastimar, entonces simplemente hacía. Era todo nuevo para mí, creo que nunca entendí si hacíamos bien o mal las cosas pero si sé que la hacíamos porque queríamos. Y un día, se termino. Y creí que nunca más me iba a enamorar. 

Pero obviamente estaba equivocada. Y me volví a enamorar de alguien que siempre estuvo cerca de mi pero que antes no podía verlo de tal manera. Si puedo afirmar que cada enamoramiento es diferente y que sentí nuevas sensaciones constantemente. Pero este enamoramiento venía con un adicional: el miedo a que me lastimen y si tenes miedo, todo lo que haces es pensando.  

Pensé mucho durante la relación. Ah, me olvidaba, también estuve negando un tiempo el sentirme enamorada hasta que fue más fuerte que los dos y una noche de febrero todo empezó a encajar mejor. Volviendo al tema del miedo. Si, me enamore pero sentía miedo. Pensaba mucho las cosas, empece a sentir celos e inseguridades, todo me parecía una amenaza. En esa época (si, estoy vieja) no se usaba stalkear o por lo menos yo no estaba enterada del tema pero creo que con sólo la respiración de él ya empezaba a sacar posibles conclusiones de alguna mentira, que en todos los casos nunca existió. 

Eso desgasto la relación que también fue de tres años, que tuvo idas y venidas y que pagamos el precio de tanto ir y venir también. Se termino. Y yo simplemente me quede paralizada, no hice nada. No lo busqué, sentí que no tenia las herramientas. Dejé que se fuera, así nomas. Sin arriesgarme una vez más. 

Y cuando las situaciones daban para que yo ya diera por perdido todo, apareció. Si hubo algo que yo siempre hubiera dicho que no iba a pasar era que él volviera. Perdí todas las apuestas, gracias a Dios. La mejor perdida de mi vida. Creo que nunca agradecí tanto al universo como esos días porque si antes no creía en un Dios o en algo, ese día empece a creer. Ya me estaba anotando en alguna peregrinación. 

Y empezamos, la primer promesa que me hice fue no pensar tanto y dejar de ser insegura. Y la rompí. Siento que no sólo la rompí, sino que me encargue de romper también todos los pedazos que quedaron aún más que antes.
Me ganaron mis inseguridades, me ganaron mis miedos y todo lo bueno que pude hacer quedo en un quinto plano por todo eso que no pude disfrutar sin pensar.  

Y me estaba por rendir ¿Qué posibilidades hay de qué otra vez confíes en mi? ¿Qué puedo ofrecerte? ¿Cómo puedo asegurar que voy a intentar callar mis inseguridades? Vuelvo a cometer los mismos errores una y otra vez. No soy garantía de nada ni nadie. Mis errores siempre van por arriba de todos mis intentos de hacer bien. 
Y no puedo rendirme así porque así. Y no quiero rendirme así porque sí. Si hay algo que puedo asegurar es nunca antes sentí estas ganas de intentar y arriesgar por nadie y que esta vez no me quiero quedar callada. Voy a tomar todos los riesgos sin pensarlos porque siento que vale la pena. Lo estoy sintiendo, no lo estoy pensando. Y voy a seguir intentando porque lo siento. 


Si pudiera poder decir estas palabras cuando te veo, sé que no estaríamos así. No estaría haciendo público mi dolor tampoco. Si, estoy buscando que lo leas, todo esto que empece a escribir tiene el único fin de que lo leas. Estoy buscando la forma de que me puedas entender y es esto lo que salió. No lo pensé simplemente sentí que era forma que a mi me sale para pedir perdón. 
Ojalá alguien te avisará que hay una desquiciada haciendo un texto para vos. Ojalá entres por tu propia cuenta. Y ojalá yo pueda recibir alguna respuesta tuya. Voy a insistir, te lo dije, porque lo siento. No quiero perder la posibilidad que se me presento y no quiero perder lo lindo que vivimos en estos meses. Ah si, perdón. 
  






martes, 12 de agosto de 2014

Conoces el procedimiento

Ya se el final de la historia que todavía no empezó. Puedo ver como estamos viviendo una y otra vez la misma historia. Duele. Es eso que te va destruyendo de a poco. Es eso que prometiste no volver a hacer. Es eso que quisiste creer. Necesitabas creer en eso, necesitabas creer que ibas a tener tu recompensa por todo lo vivido ¿Cuánto más se podía derrumbar tu mundo? Nunca se sabe todo, nunca es suficiente, siempre hay más para derrumbar. 

Dejar que el tiempo pase, empezar a quedarse callada, no quedarse con las ganas de más caricias, no quedarse con las ganas de más besos. Sentirse recuperada por un momento. 
Yo abandoné por los mismos motivos, nadie más va a poder explicarme eso que yo viví. 

Y de a poco empezar a desaparecer y se empieza a hacer costumbre. Empezas a recordar a tu yo del pasado diciéndote que estabas haciendo mal ¡qué terca que se puede ser a veces!
Va a doler en todo el cuerpo y quizás nunca te recuperes del todo pero lo sabías y tu orgullo no te va a dejar de recordartelo todos los días.  

Y ahora te parece buena idea tomar la iniciativa ¿Para qué alargar la espera no? Sabes que eso esta a punto de suceder. Si que habías cambiado pero porque estabas sola, y quizás sea la única forma de que tengas tu equilibrio. 
Y si, duele saber que nunca vas a amar sanamente a alguien. Déjalo ir ahora, conoces el procedimiento.