jueves, 23 de enero de 2014

Ser feliz es una elección.

Quizás no es el mejor momento para escribir esto o quizás si. El hecho de solo dejarme llevar por lo que va pasando por mi cabeza hace que esto sea sincero, más de lo que espero. 

Hace un tiempo me dijeron que cambie la forma de ver las cosas y las cosas iban a cambiar. Pensé que era una frase hecha, de esas que le dicen a alguien cuando no sabe bien para donde ir, esas del estilo: Ya va a pasar, por algo paso, o cualquiera de las que van para ese lado. 
Sólo tenía esa frase para seguir avanzando, para encontrarle un sentido a lo que me pasaba. Opte por cambiar mi forma de ver porque también no había otra cosa en la que me pudiera apoyar, porque no me quedaba otra y ya estaba dando todo por perdido ¿Iba a perder más? No lo creía. 

No paso mucho tiempo desde el día en que me dijeron esa frase pero en lo poco que pasó siento que hay algo que dentro mío hizo un click, que desde lo más profundo de mi ser estaba esa pequeña esperanza de poder estar bien, de llegar a sentirme feliz. Fueron más mis ganas de sentir que yo podía lograr ser feliz que todo eso que me iba haciendo daño dentro mío. 
Descubrí que todavía podía seguir confiando en personas que hace mucho que no hablaba, que la confianza que algún día yo deposite en esa persona no había sido en vano, que al decirle: No puedo más. Esa persona iba a aparecerse para ayudarme a mirar las cosas desde otra perspectiva. 
Descubrí que el día en que dije que no quería depender más de nadie, que necesitaba, por un momento, preocuparme por mí y nadie más, no estaba tan dependiente de los demás. Que sólo era una idea mía. Descubrí que era más importante para las personas que me rodean de lo que me estaba imaginando. Supe que si había una dependencia de cualquier forma, esa dependencia era mutua. Mis amigos me necesitaban y yo los necesitaba a ellos. Y nadie tiraba de un sólo lado. El día que me me preocupe por mí supe que tenía gente que estaba preocupándose por mí más de lo que yo creía. Descubrí que fue un miedo que yo sola me había creado. 

De a poco entendí que hay personas que de nuestra vida se tienen que ir para terminar haciéndonos bien. Pareciera que nos están haciendo el peor mal de nuestras vidas pero el tiempo, siempre, nos va a mostrar que era necesario pasar por un momento así. No creo que si no hubiera sufrido lo que sufrí hoy pudiera decir que volví a sentirme bien conmigo misma, que descubrí que todo lo que me iba a pasar era totalmente necesario. Para saber que lo importante siempre es uno mismo. No hay nadie que pueda valer más que uno mismo. 

Una amiga me decía: Siempre que nos sentimos así de bien, aparecen para arruinarnos el buen momento. Y voy a estar segura que eso si es una frase hecha. Porque no hay nada más fuerte que la confianza en un mismo, que la seguridad de saber que no queremos nada que nos haga mal. Yo no quiero arruinar este momento porque entiendo el valor de todo lo que tuve que pasar para poder volver a sentirme bien.

Empece este blog para poder descargar eso que sentía que a nadie más podía contarle. Venia de un desamor que costaba entender, venia de sentir muchas desilusiones juntas, venia para contar que me habían dejado y que no había nada peor que eso. 
Seguí este blog para contar mis anécdotas académicas, para seguir hablando de amor desde otras perspectivas y para saber que tenia un registro de mi vida. 
Parece que hubiera escrito durante muchos años y sólo paso un año desde el día que decidí escribir acá. Releo algunas entradas y la pregunta ¿En qué estaba pensando? Aparece. En muchas entradas pareciera que se me viniera el mundo abajo y ahora que cambie la forma de verlo, sé que me estaba haciendo más problema del que en realidad había.

Hoy decido dejar de escribir en este lugar porque siento que un ciclo de mi vida se termina y el próximo que viene quiero tomarlo de manera diferente. 
Estoy buscando optar por sólo disfrutar y dejar de pensar tanto lo que me va pasando. Si las llegará a plasmar acá sería una forma de seguir pensando en eso y pierde ese disfrute, ese que quiero hace mucho. 

Hoy se que dejo este lugar encontrando el objetivo por el cuál empece a escribir y eso hace que se me llenen los ojos de lágrimas. Cada comentario, cada mail, cada consejo fueron de mucha ayuda. Saber que logré un objetivo me llena mucho más de orgullo. 

¡Gracias por leer cada entrada! 



domingo, 19 de enero de 2014

Querida Gin... Tonic. Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte. Aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca, que como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré, mis sentimientos se pondrán a arder, y así el dolor... cómo era, cómo decías tú... ah ya, así el dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser claro. Sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, contigo. Que la he cagado pero bien. En el principio, que he intentado avanzar, sin apartar antes las cosas que me impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar. Qué locura Gin, empeñado en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar.
¿Dónde está el secreto del futuro Gin? Puede que esté en fijarse bien, y en avanzar. Mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro... ¡Claro! ¡Hay cosas que pasaron antes!, mucho antes. No quiero esperar milagros... solo que las cosas pasen, O no. Sí, no, sí, no, sí, no. Y ahora lo tendría claro, pero ahora ya no depende de mí, sino de ti. Te quiero.

Tengo ganas de ti

domingo, 12 de enero de 2014

-Fin-

En todo este comienzo de año fui pasando por muchas etapas. Empece sintiéndome mal por lo que no había podido lograr en el año que terminaba. Después quise con todas mis ganas que las cosas empezaran a funcionar y digamos que puse un poco un ¡Manos a la marcha! y si bien, me siento muchísimo mejor conmigo misma en muchos aspectos todavía siento que me falta algo. 

Hubo días que me los tome exclusivamente para mí y los disfrute haciendo lo que quería para mí. Salí a caminar, leí algunos libros que tenia pendiente, algunos artículos de revistas, mire películas, series. Me actualice. 
Hubo otros que los compartí con amigos, salimos, nos quedamos, mates, pizzas y recorridas por el río me ayudaron a sentirme mejor. Para cada salida fui tratando de ingresar una sola idea: Hoy la vas a pasar bien, nada te va a hacer bajonear. ¡Y lo logré! Nunca antes me había divertido tanto. 
Pero ese bienestar dura varios días pero llega uno en el qué pienso: me falta él, el plano amoroso lo siento totalmente vacío. Y ese vacío también es una elección. No por sentirme vacía, fui a cualquiera que me dijera que podía quererme un poquito. Otra vez, no iba a caer. Y si bien, me siento bien por decidir que no quería para mí hay una parte de mí que se siente triste porque alguien más decidió que no era bueno para mi y se fue. 

Hay una conspiración del universo para que su ausencia no sea completa. Una pared, una programa de televisión, una banda, una canción de esas que me hizo escuchar y no le di mucha importancia, hasta ahora. A medida que pasan los días y empiezo a proponerme que ya esta, tengo que continuar por otro lado- como dice mi amiga: tenes que dejar de cajetear- algo aparece y no se puede luchar contra lo que se quiere, por lo menos no es tan fácil. 

Todavía me cuesta aceptar que esto tiene un fin definitivo, de esos a los que es imposible volver. Me cuesta aceptar que no tengo que quererlo más. Me cuesta entender que ya tengo que dejar de extrañarlo. Hay días en que una pequeña esperanza sigue en pie, sigue ahí pero también con esa esperanza empiezan a aparecer algunas realidades: Él no va a llamar. 
Y uno cae en tantas realidades que un poco prefiere creer en el cuento de amor que nos dan las películas.  

Sé que es lo mejor es dejarlo ir, de una vez por todas, que sea y que lo que elija deje de dolerme un poco. No estoy entre sus opciones y tampoco quiero ser una opción, no es lo que me merezco. 

Sé que hoy llego el último día. Hoy ya empiezo a dejar de pensar en volver. Hoy también lo quiero un poquito menos que ayer. Hoy tengo que ir en busca de otras cosas, de esas que me hacen bien. Hoy le digo fin a todo eso que me lleva a él.