Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa.

La semana pasada tuve entrevista, trabajo y renuncia. Todo en seis días exactos. No tuve una buena experiencia en lo laboral y eso me dejo un poco triste porque el tener un trabajo es algo que quería y no se me estaba dando. 
Estaba frustrada, enojada y engripada. Un combo explosivo para mi.
Cuando pensé que volvía a la angustia porque no lograba lo que me iba proponiendo, surgió un cambio casi milagroso: Dentro de 20 días aproximadamente me estaría mudando a una casa más grande donde voy a poder tener mi espacio, donde voy a poder decorarlo, armar mi lugar con mis gustos porque no lo comparto con nadie. Siento que sonó egoísta pero hace mucho tiempo que vengo deseando tener mi espacio. Y ahora se me da. 
También pensaba en que no estaba todo mal como para angustiarme, en estos días estuve en clases de otra manera, casi como encontrando una vuelta y cada vez que voy, es con ganas de aprender, de practicar  Cumplo con las tareas, con las lecturas. Supongo que esas nuevas experiencias me hicieron valorar otras. El hecho de que la semana que trabaje no tenia tiempo para nada literalmente, me hizo valorar más el hecho de tomarme mi tiempo para las lecturas y también poder salir, o cosas así. 
Siento que todo va en marcha y que esas oportunidades que fui pidiendo, se están cumpliendo. No puedo pedir más.