martes, 12 de enero de 2016

Confusión organizada.

Algunas veces me empiezo a angustiar sin entender que es lo que se puede esconder detrás de esa sensación, me hago preguntas tratando de desenredar todo ese nudo que siento en el pecho para poder encontrar la respuesta y que ya deje de doler un poco. Estirar de a poco todo ese manojo de sogas que formó algo indescriptible pero aunque sea una metáfora lo siento como real. Me duele en una parte específica de mi. 

Pienso en mi, en quienes me rodean, en el futuro. Y ahí creo entender un poco mejor. Así como el nudo en el pecho es una metáfora para poder explicar una sensación, el futuro también es mi metáfora para explicar mis miedos. Si lo pensamos bien le tememos a algo que no sabemos cómo es y que es impredecible incluso cuando parece que esta todo dado. Sin embargo pensar en él nos alimenta miedos que se van creando alrededor de su idea. Es la forma que buscan mis inseguridades para mostrarme que estoy avanzando por un camino extraño. Ahora, en el presente. Aquí (y ahora) no más allá.

Una vez le decía a una amiga que prefería esperar y ver qué pasaba y ella me decía:
- Pero no te parece que por querer retener ese momento en tu vida un rato más vos te rompes de a poco por dentro? Si te pones a pensar no tiene mucho sentido 'esperar' pero no esperar significa tener que afrontar el tema de perder. 

¿Soltar o perseverancia? ¿Hacía donde nos lleva cada uno? Soltamos aquello que nos hace mal pero ¿y si empezamos a ser perseverantes en modificarlo para que ya nos deje de hacer mal? 
Esperar no es mantenerse pacíficamente en un sitio y ver pasar todo a nuestro alrededor. Es verdad que alargamos el hecho de tener que enfrentar eso por lo cual decidimos esperar pero ese tiempo que nos queda ahí de algo nos tiene que servir. Creo que nos vuelve más reales las esperanzas que de forman dentro nuestro. 

Todo eso que hicimos mal y que no llegó a otro lado nos deja creer que algo mejor esta por venir o por lo menos tener la sensación. A veces creo que cuando más nos gusta algo es cuando peor terminamos haciendo las cosas. Y entonces esperamos porque algo dentro nuestro nos dice que hicimos mal porque lo necesitábamos hacer mal. En la espera nuestras esperanzas se vuelven más reales, se empiezan a sincerar con ellas mismas y nos llevan por fin al camino que de verdad queríamos aunque no lo podíamos encontrar dentro nuestro entre tantas sogas que veíamos. La espera nos muestra en realidad el camino que estaba hecho para nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario