domingo, 12 de enero de 2014

-Fin-

En todo este comienzo de año fui pasando por muchas etapas. Empece sintiéndome mal por lo que no había podido lograr en el año que terminaba. Después quise con todas mis ganas que las cosas empezaran a funcionar y digamos que puse un poco un ¡Manos a la marcha! y si bien, me siento muchísimo mejor conmigo misma en muchos aspectos todavía siento que me falta algo. 

Hubo días que me los tome exclusivamente para mí y los disfrute haciendo lo que quería para mí. Salí a caminar, leí algunos libros que tenia pendiente, algunos artículos de revistas, mire películas, series. Me actualice. 
Hubo otros que los compartí con amigos, salimos, nos quedamos, mates, pizzas y recorridas por el río me ayudaron a sentirme mejor. Para cada salida fui tratando de ingresar una sola idea: Hoy la vas a pasar bien, nada te va a hacer bajonear. ¡Y lo logré! Nunca antes me había divertido tanto. 
Pero ese bienestar dura varios días pero llega uno en el qué pienso: me falta él, el plano amoroso lo siento totalmente vacío. Y ese vacío también es una elección. No por sentirme vacía, fui a cualquiera que me dijera que podía quererme un poquito. Otra vez, no iba a caer. Y si bien, me siento bien por decidir que no quería para mí hay una parte de mí que se siente triste porque alguien más decidió que no era bueno para mi y se fue. 

Hay una conspiración del universo para que su ausencia no sea completa. Una pared, una programa de televisión, una banda, una canción de esas que me hizo escuchar y no le di mucha importancia, hasta ahora. A medida que pasan los días y empiezo a proponerme que ya esta, tengo que continuar por otro lado- como dice mi amiga: tenes que dejar de cajetear- algo aparece y no se puede luchar contra lo que se quiere, por lo menos no es tan fácil. 

Todavía me cuesta aceptar que esto tiene un fin definitivo, de esos a los que es imposible volver. Me cuesta aceptar que no tengo que quererlo más. Me cuesta entender que ya tengo que dejar de extrañarlo. Hay días en que una pequeña esperanza sigue en pie, sigue ahí pero también con esa esperanza empiezan a aparecer algunas realidades: Él no va a llamar. 
Y uno cae en tantas realidades que un poco prefiere creer en el cuento de amor que nos dan las películas.  

Sé que es lo mejor es dejarlo ir, de una vez por todas, que sea y que lo que elija deje de dolerme un poco. No estoy entre sus opciones y tampoco quiero ser una opción, no es lo que me merezco. 

Sé que hoy llego el último día. Hoy ya empiezo a dejar de pensar en volver. Hoy también lo quiero un poquito menos que ayer. Hoy tengo que ir en busca de otras cosas, de esas que me hacen bien. Hoy le digo fin a todo eso que me lleva a él. 

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