jueves, 7 de noviembre de 2013

Y hoy decidimos parar acá, no vamos para el mismo lugar.

Y hoy te vas y yo me quedo acá esperando que la lluvia te acerque un poco más a mi. ¿Cuántas veces te fuiste e igual pude seguir? ¿Cuántas veces volviste y también pude seguir? Porque en eso se baso todo el tiempo: en seguir igual a pesar de tus decisiones. 
Pude seguir a pesar de que no querías volver a verme, a pesar de decirme no amarme más. Y pude volver cuando dijiste que no te habías podido olvidar de mi, dejando atrás todas esas cosas que dijiste que sabemos que no se pueden borrar. Dejando atrás ese nuevo comienzo de vida que se me acercaba, solo por vos. 
Confíe en tus palabras, te equivocaste y me lastimaste. Me equivoque y te lastime. Seguí. Seguimos. Y ahora decidiste frenar acá. Y ahora se supone que yo tengo que pasar por esto, otra vez. Ya lo viví, ya se que es lo no tenerte a mi lado, sé como pasarlo.
Esta tristeza no es porque hoy decidiste darle un fin a nuestros proyectos, un fin a un amor que había sobrevivido a tantas cosas que parecía invencible. Hoy la tristeza es porque no se puede volver más de un amor así, hoy esto no puede ser algo que en algún puede tener una esperanza, hoy este amor tiene un punto final. Hoy la tristeza es porque ahora yo también tengo que darle un final.  

2 comentarios:

  1. Creo que hay cosas que cuando se acaban deben acabarse tanto en la realidad, como en la mente. Porque mentirnos diciendo que algo no nos importa sólo hace que sigamos viviendo de algo que ya no existe.
    Besos.

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  2. El amor, lamentablemente, cuesta mucho. Y creo que por eso duele también. Pero, más allá de los sacrificios y de las tristezas, a veces es necesario soltar. Seguir.
    Cada quien es hijo de su tiempo... Esa frase me la repito seguido, mi querida.

    ¡Abrazo fuerte!

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